El requiebro
La rosa que al alba
Ofreciendo está
Sus gratas esencias,
Su tez virginal;
La fruta sabrosa
Que empieza a pintar
Con vivos matices
El fresco peral;
La concha que engendra
En el verde mar,
Envuelta entre nácar
La perla oriental;
La gloria del prado
De olor sin igual,
Perfume del aire
La flor de azahar,
A ti feudo humilde
Deben tributar,
Pues todo lo vences
En gracia y beldad.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Letrilla xxiv El arroyo Arroyuelo manso, Raudal cristalino, ¡oh cuánto me agrada Tu inquieto bullicio! Tú riegas las flores Del borde florido, Que en cambio te ofrecen […]...
- Flor que vuelve Igual, la flor retorna a limitarnos el instante azul, a dar una hermandad gustosa a nuestro cuerpo, a decirnos, oliendo inmensamente, que lo breve nos […]...
- Letrilla xix La infidelidad En pos de mi amada Salí al manantial, Y hallé otra pastora ¡ay Dios!, por mi mal. Gracia tan cumplida No la vi […]...
- Letrilla ix La fantasma pastoril Por burla me cubro La frente con hojas, Y la rubia cara Me pinto con moras: El talle me afeo Con una […]...
- Letrilla i El cantor aldeano Los trinos Suaves De los ruiseñores Que amantes requiebran A la fiel consorte; El blando susurro Que forma en el bosque El […]...
- Letrilla xiv El columpio Entre un alto roble Y un verde nogal Un columpio hermoso Solemos colgar; Aquí las pastoras De todo el lugar Vienen a mecerse […]...
- Letrilla xiii El ramillete ¡Oh blanca azucena Honor de vergeles, Del amor más puro Emblema inocente! ¡Oh rosa encarnada Gloria de Citeres, Que con tus colores Ser […]...
- A la orilla de un pozo (viii) A Pablo Neruda Yo veo a tu dragón, llorando ciego, con el hambre clavada entre las cejas, lamer la sombra, cuando tú te alejas y […]...
- Catalina de alberti, ítalo-andaluza (Siglo XIX) Llevaba un seno al aire, y en las manos -nieve roja – una crespa clavellina. Era honor de la estirpe gongorina y gloria […]...
- Letrilla x El baño En el claro estanque Del fresco vergel, A mi adoradilla Bañándose hallé. Entre enredaderas Y tras de un ciprés, Contemplarla quise A todo […]...
- Letrilla iv El vaticinio Desvalido y pobre El tiempo vendrá De ser en la aldea Rico mayoral; Un pingüe rebaño Llegaré a juntar, Con mis dos corderas […]...
- El don de la ebriedad (viii) No porque llueva ser‚ digno. ¿Y cuándo lo seré, en qué momento? ¿Entre la pausa que va de gota a gota? Si llegases de súbito […]...
- Fantasía Un campo es el corazón, Un campo que tiene flores, Que se engalana con ellas Porque son sus ilusiones, Con cuyo perfume alienta, Cuyo perfume […]...
- Letrilla iii El árbol Ayer mi Pastora Subió a este manzano A coger la fruta De sus verdes ramos; Mas yo que la huía Celoso y picado, […]...
- Letrilla xii El pañuelo ¡Oh don de mi amada, Regalo sin precio, Prenda de mi vida, Oh fino pañuelo! En tu hermosa orla Imprimo mil besos, Y […]...
- A la excma. seÑora marquesa de lambrano Mis tímidos versos Concede, Señora, Que a tu fausto amparo Rendidos se acojan: Que la flor humilde Sin matiz ni pompa, Cuya gala es solo […]...
- Viii A LOS POETAS QUE MURIERON cuando éramos niños, mutilados de lengua, del sonido y Del aire. A los poetas revolucionarios, prisioneros, maestros de la voz […]...
- Un perro negro Un perro. Un prado. Un perro negro sobre un gran prado verde. ¿Es posible que en un país como éste aún exista un perro negro […]...
- Cogiendo va Cogiendo va, y llevando al blanco seno El apacible fruto deseado Mi amada Ninfa en un hermoso prado De varias hierbas olorosas lleno. Unas cogió […]...
- Extraterrestre Como una viajera interplanetaria que no comprendía los gestos de alegría o de enojo, así eras tú. Con tus ojos mágicos y extraños me veías […]...
- Poniente La certeza se tiene pocas veces Igual que el perfume del trópico Cuando la ciudad se encubre a sí misma Y se abotona de nuevo […]...
- Igual que yo Igual que yo, sustenta La luz Sus razones en las sombras. Si alimento transparencias es por pasar Inadvertida Entre el perfume del laurel Y las […]...
- Casa sola viii Cuando por fin hablamos ya era tarde. Tu presencia – no obstante – se repite Y se queda flotando cada noche en el aire, Como […]...
- Viii. a marcio Aetas parentum, pejor avis, tulit Nos nequiores, mox daturos Progeniem vitiosioren. HORAT. Por la angosta senda de Garraf riscoso Corcel desbocado dirigir sin riendas, O […]...
- Letrilla xxi El encarecimiento Los silbos agudos Del furioso viento, Que indómito arranca Los robles y cedros; El río caudaloso Que hinchado en hibierno Las vegas arrasa […]...
- Letrilla xx La lección Por ver en la aldea Mi ingenio lucir, Quiso mi bien darme Lección de escribir: En la ancha corteza De una haya gentil, […]...
- Letrilla vi ¡Qué travesura! Riyéndose aleve Dafne prometió Abrirme su choza Anoche a las dos. Saltando de gozo Mas no sin pavor, Ansioso aguardaba Gustar tal favor. […]...
- Letrilla xxii La fiesta en el río Ir suele en la siesta Mi dueño querido A perder las horas Jugando en el río. En tan claro espejo […]...
- Letrilla xvi Las paces Si de hacer las paces Que es tiempo ya juzgo, Al soto desciendo Y a un árbol me subo. Mi Dafne me sigue […]...
- Letrilla vii Los juegos En la noche clara Del señor san Juan, Las rojas candelas Me puse a saltar. En vano las llamas Del fuego voraz Me […]...