Mis ojos sin destino ni lágrimas ni ley
piden al horizonte
patria para una pausa, piedad firme,
mis ojos color tierra
que más que ver dibujan,
mis ojos que aprendieron la ceguera
para sobrevivir, mis ojos huérfanos
como recién salvados
de las aguas que miran,
mis ojos que podrían y lo saben
apagarse mañana, decir basta,
mis ojos que me abren y me cierran,
mis ojos que se empañan, se habitúan,
enfermos de mí escapan y me llevan
secuestrado, crueles, caprichosos
a ver lo que no quiero,
rehén de mi retina y viceversa,
mis ojos que no atienden a razones,
mis ojos que no ven que no los veo,
mis ojos dos cerezas en la oreja
de un niño no nacido todavía,
mis ojos derroteros, esferas, espejismos,
mis ojos donde cabe
un mundo donde sobro,
mis ojos ven jardines de ceniza,
faros de fuego, sin razón, tu cuerpo,
mis ojos sin memoria, extraviados
en una ciudad nuestra cuyo nombre
es el amor mirándose al espejo,
mis ojos son viajeros desbrozando
su rumbo en la maleza
de lo que miran, testigos que callan,
anémonas abiertas a la luz,
mis ojos como dos bolsillos rotos
donde todo cabe porque todo cae,
mis ojos se alimentan de los tuyos,
mis ojos que son páginas carnívoras,
faros falsos que piden a tu cuerpo
patria para una pausa, fuego firme,
mis ojos que dibujan tempestades,
mis ojos ya, mis ojos todavía,
mis ojos dónde, mis ojos jamás,
ojos borrachos de lo que no ven,
ojos mendigos que piden al cielo
limosna de la luz,
limosna de la luz, misericordia.