La oscuridad lleva a otros olvidos

La oscuridad hiere la memoria.

Sin embargo las ventanas se proyectan como diapositivas

En medio de imágenes con resplandor de hacha.

Quiero oír la sangre de mi cuerpo

Junto a los suspiros del viento. No morir,

Sino pintar verjas para hacer el paisaje menos gris.

En los días de lluvia, la respiración atrapa mi tranquilidad:

Los recuerdos reptan sobre hierbas de nostalgia:

Las muchachas cruzan la calle, descalzas, semidesnudas.

Suenan en sus espaldas las ráfagas del agua.

Así besan y respiran para disipar el tiempo,

Quizá porque todo presagio acaba con los sueños.

Es mejor ir viendo qué pasa con el rastro de los nombres,

Con los golpes de las sílabas cuando caen al vacío,

Cuando el aliento busca el viento de los poros.

La oscuridad, ciertamente, me devuelve los recuerdos:

El cuerpo hundido en las sábanas de la zozobra,

La tempestad de la ciudad y sus desaparecidos,

La Patria con sus oscuros charcos,

Algunos niños cantando de cansancio entre llamas de fuego

Y mi timón primitivo resistiendo al deseo.

La oscuridad, seguramente, me lleva a otros olvidos

Tan atroces como hablar con las sombras después de algunos años.


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Poema La oscuridad lleva a otros olvidos - André Cruchaga