En fin, que no hay respuestas simples
al aullido solitario de una loba.
Debí nacer en la manada
donde la orfandad no existe.
Cómo habría de descifrar los signos
en las múltiples vestiduras de la soledad,
la altivez mortal del que comió de tu mano
y atrás dejó el amor sin despedida
como una choza maloliente.
Cómo hacer recuento
de los nombres incontables del amar
que van a morir tan lejos.
Debí cerrar puertas y entendimiento,
la piel desbocada y sin bridas,
el corazón maltrecho,
y hacerme de la idea
que no escuché su aullido…auuuuu
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Loba De dónde esta mueca Esta boca este rostro Esta máscara este abrigo De dónde esta locura De acompañarte por las noches Con este negro y […]...
- Niña loba Dos silencios cristalinos Deslizan su sola nota E, interrogantes, acercan Sus magnitudes redondas Hasta mi alma, esta noche De luna grande y hermosa. La brisa […]...
- Debí ser nazi Debí ser nazi en mi vida precedente un traidor o algo así porque ahora todo me va mal desde la poesía hasta el pantalón me […]...
- El hornero La casita del hornero tiene alcoba y tiene sala. En la alcoba la hembra instala justamente el nido entero. En la sala, muy orondo, el […]...
- En el ruedo agitado En el ruedo agitado de idas y vueltas contrariada pesca sin fin milagrosa en el umbral del lago en la iglesia ortodoxa todos de pie […]...
- Resaca Mis resacas, amigos, Nunca fueron de alcohol, Sólo de desesperanza y de tristeza. ¿Debí tal vez Confiaros mi debilidad Y dejarme llevar, Alegre y feliz, […]...
- Tengo los ojos tristes Desde Europa Tengo los ojos tristes de medir la distancia, Y alimentar envidias de las nubes viajeras. Tengo los ojos tristes de ojivas y de […]...
- Las vÍctimas Comieron su última cena El clic del interruptor de la última lámpara Viaja hasta los cuartos de los hombres La oscuridad besa sus ojos La […]...
- SansirolÉs de los madriles vii Maloliente ciudad está Madrid, Pocha de machos cabe marujones. Rompeolas del Sol, puerta fetal Do hasta la Osa esnifa y saca ubre. Dos bocinazos dánse […]...
- Continuidad No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero qién habla en la habitación llena de ojos. Quién dentellea […]...
- Quizás Quizás te diga un día que dejé de quererte Aunque siga queriéndote más allá de la muerte Y acaso no comprendes que en esta despedida […]...
- La primavera de la esfinge Olvídate de mí si estás conmigo. Podemos permitirnos este lujo de abandonar los nombres, porque el nombre es razón de los ausentes, y nosotros estamos […]...
- A los que vamos al teatro A los que vamos al teatro No nos hace falta hacer el amor Bailamos durante toda la noche Y por la mañana siempre hay mucho […]...
- …y, con el, la inquietud Un vuelco hacia delante, un paso atrás, Mi corazón, busca en el tuyo abrigo Y aunque febril, vacila, no consigo No acabar cada día, un […]...
- Vita arsque poetica Bautizo las palabras, pongo nombres a los nombres. Digo la noche y significa una paloma. Imagino el leopardo y tus ojos lloran. Sufro la luz, […]...
- Letrilla v La astucia En el valle opuesto Por do sale el sol, Tiene al pie de un sauce Su choza mi amor. La fábrica humilde Con […]...
- Letrilla vi ¡Qué travesura! Riyéndose aleve Dafne prometió Abrirme su choza Anoche a las dos. Saltando de gozo Mas no sin pavor, Ansioso aguardaba Gustar tal favor. […]...
- Letrilla iv El vaticinio Desvalido y pobre El tiempo vendrá De ser en la aldea Rico mayoral; Un pingüe rebaño Llegaré a juntar, Con mis dos corderas […]...
- Mis vecinos Recuerdo a todos y a Cada uno de mis vecinos. No sé sus nombres Pero sé cómo pisan. Sé que tienen miedo, Sé que son […]...
- Que veremos arder A Marcia Leiseca, conversando Hacia la Plaza de la Revolución Abel derramó su sangre en el comienza. No lo siguieron más que los humildes, los […]...
- Pozo desparramado Voy estas fosforescencias Por la orilla de la vida A veces un poco horario Tantas veces nunca Tanto siempre nada. Me parezco a las luciérnagas […]...
- Alma gemela A imagen de mi alma, Un espejo vacío, tu presencia, Devuelve mi mirada Amante de la tuya, en la que nace. El verso que ambos […]...
- El veneno agridulce de la vida Ganar, abrir, cerrar, Perder. Hoy el encuentro Feliz. Mañana la despedida. Todo es lo mismo Y contrario. Como la luna Y el día. Todo de […]...
- Lo que vi (nombrar perecedero) Supuesto que sueño fue, no diré lo que soñé: lo que vi, Clotaldo, sí. Calderón de la Barca No tengo miedo nombraros ya con vuestros […]...
- Humo (De Th. Gautier.) Bajo los árboles viejos Cuya sombra el suelo baña Miro perdida a lo lejos Una pequeña cabaña. Todo en quietud allí vese, […]...
- Viajero He recorrido tanto Que confundo los nombres De países, de calles, De mujeres sin hombres. Tengo un brazo más largo De cargar las maletas -¿o […]...
- Reflexiones iv Libertad; mi libertad no es precisamente hacer lo que quiera; Libertad es el no estar comprometido con hacer lo que no deseo, el no estar […]...
- Suelta mi manso, mayoral extraño Suelta mi manso, mayoral extraño, pues otro tienes de tu igual decoro; deja la prenda que en el alma adoro, perdida por tu bien y […]...
- MaÑana de otoÑo Mañana otoñal De viejas memorias Bellezas y glorias En sin fin manantial De amarilla hermosura Que el viento produce Y en minutos reduce A un […]...
- Siempre nocturno Cada noche implacable, cada noche, la ginebra cimbrea visiones y deseos, y un lamento de intolerante ansia -dice llamarse música – exhausta se sucede. Y […]...