SIEMPRE que él la toca,
ella
se hace unos cortes
en la frente.
El rojo de la sangre
se vuelve tierra,
tierra mojada
y fría,
en sus ojos oscuros.
LA SANGRE
le oculta las lágrimas
que no han caído,
que no caerán.
Tiene una mirada negra
en contraste con lo pálido
de su piel
casi transparente.
TIEMBLO
y espero
a que la sangre
le llegue
a los labios,
como otras veces.
ELLA,
la mujer intacta,
me cubre el llanto
con sus senos
de agua
y arena.
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