La anunciación

VOZ 1ª
¿Qué nuncio divino
Desciende veloz,
Moviendo las plumas
De vario color?

VOZ 2ª
El bello semblante
En risa bañó:
Que inspira alegría,
Disipa temor.

VOZ 1ª
El rubio cabello
Al hombro esparció:
Diadema le ciñe,
De extremo valor.

VOZ 2ª
Ropajes sutiles
Adorno le son,
Y en ellos duplica
Sus luces el sol.

VOZ 1ª
¡Feliz habitante
De la alta región!

VOZ 2ª
¡Alado ministro
Del sumo Hacedor!

VOZ 1ª
¡En hora bendita
La tierra te vio!

VOZ 2ª
Su dicha pendiente
Está de tu voz.

VOZ 1ª y 2ª
Que tú solo anuncias
Favores de Dios.

VOZ 3ª
Lleva a la santa Nazaret su vuelo
El ángel del Señor, y resplandece
La estancia de María:
De fragantes aromas se enriquece
El aire en torno, y suena melodía
Igual a la del cielo.
La honesta virgen, ruborosa y muda,
Se postra absorta al paraninfo hermoso:
Ve tanto bien, y merecerle duda.
Él, con acento grave y amoroso,
No temas, no, la dice,
De las hijas de Adán la más felice.
Llena de gracia estás: está contigo
El Dios que adoras inefable, eterno,
Y el fruto santo que de ti se espera
Se ha de llamar Jesús. Dijo, y la esfera
Que en luces arde y arreboles de oro,
Vuelve a romper con ímpetu sonoro;
Y se estremece el enemigo infierno.

VOZ 4ª
¡Oh! ¡Instante dichoso
De amor y consuelo,
Que la tierra al cielo
Para siempre unió!

Y al Dios poderoso,
Que truena indignado,
Piadoso, humanado,
Sumiso le vio.

CORO
Virgen, madre, casta esposa:
Sola tú la venturosa,
La escogida sola fuiste,
Que en tu seno recibiste
El tesoro celestial.

Sola tú, con tierna planta,
Oprimiste la garganta
De la sierpe aborrecida,
Que en la humana, frágil vida
Esparció dolor mortal.


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Poema La anunciación - Leandro Fernández de Moratín