Caen sobre él los actos inútiles del día.
John Keats recuerda y es también de otros el recuerdo:
Humillaciones, rostros y palabras
Hacen de un pozo la noche repetida.
“Fanny Brawne me has alejado,
Tú me has acercado a Keats y era lo mismo”.
Suena tan distante el Mar del Norte
Para ser cada segundo todos los mares,
Pero si lo que fue y será mañana brilla
En su oscura hora presente, ese hombre pequeño,
Inclinado sobre el verso, lo adivina.
Presiente que será uno y va a ser todos
Cuando es tan caro el precio de eso múltiple:
Ya no lo amparará el primer fervor por las palabras,
No aliviará sus horas la furia, perdida, de estar vivo
Ni lo protegerá la noche pedida de ningún olvido;
Nada lo salvará de tanto
Que es, en su medida, tan un poco.
John Keats será John Keats, será nosotros.