Hora de la comida

He aquí la mesa donde comemos todos… Yo sé muy bien,
Afirmar la pobreza es una forma de multiplicarla. Pero si digo
Historia de familias comenzaré diciendo nosotros somos pobres,
Pobres como decir mañana será otro día,
A sabiendas
Que no es una verdad absoluta.
He aquí la mesa donde comemos todos; mis hermanos, mi madre,
Mirándonos con ojos
De personas solitarias, deseos de convertirnos en maníacos depresivos.
El bocado que damos es intermedio de parálisis, pues si este día
Pudimos sentarnos a la mesa ¿qué comeremos mañana?
Frente a la sopa de hierbas como antigua postal
Gastada de mirarla mil veces, comer es otra forma
De filosofía y la seriedad
Es un sello que veda la puerta a las verdades;
Nuestro conformismo, manera de arrepentimiento.
En la época de las vacas gordas, los hijos, las madres,
Los abuelos, las tías, cuando llegó la fiebre
Nos lo gastamos todo,
Nos lo gastamos todo cuando llegaron las lombrices
Y nos salieron por la boca, la nariz, los ojos.
Para no morirnos de hambre, mi madre, mis abuelos
Se lo gastaron todo.
Tía Lastenia salió volando, mejor manera de eludir responsabilidades.
Solamente la mesa donde comemos todos.
De la vieja familia poco nos reunimos
En la escena de postal: mi madre, mis hermanas
Y esa extraña forma de protesta. La mesa donde un mantel
Descansa su apacible sueño; el agua traída directamente
Del pozo.
Y algo de silencio también; y la repetida fórmula
De seguir más pobres
Quejándonos de la pobreza ¡eso es lo peor!
Pero también mucho de suerte ¡mucho de suerte!
Porque no todas las familias se gastaron una fortuna ni el oro
De los abuelos…
Muchas familias en la pobreza, pero pocas familias
Tuvieron la suerte que gozamos nosotros
De no morirnos de hambre.


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Poema Hora de la comida - Manlio Argueta