He hablado con el reloj de las medidas
Con el fogonero de todos los tamaños
Con el chofer de las dimensiones absolutas
Él me ha dado un brebaje de ocultarnos
Un talismán de desaparición de hacernos aire
Una medalla para ser como queramos.
Así podremos irnos a vivir bajo los hongos
A edificar un palacio entre las alas del trébol
A enseñar un Dios cualquiera a las hormigas
A que los besos nunca sean más pequeños
A tener miedo de las gigantescas cucarachas
Podremos domar una luciérnaga
Y luciernagar como jinetes de una lámpara
Podremos domesticar al terremoto
Y hacer temblar la tierra con tu orgasmo
Haremos el amor como dos gotas
Que se juntan en un beso innumerable
Sobre el terciopelo infinitesimal de las corolas.
Y después cansados de ocultarnos
Podremos frotar nuestro amuleto
Y saltar como relámpagos que emergen
Y tapar el sol con nuestros cuerpos.