Gustave moreau

Para Luis Antonio de Villena

A un Gólgotha de telarañas blancas
llega mi cuerpo con frío.
¿Adónde te llevaría la clausura de un jardín,
si no es tuya esta cruz de alambres
resquebrajada en niebla?
Columna de basalto, columna de basalto,
¿y la hermosa vorágine?
Escupiste la derrota del solo
por el suburbio triste de la rata desnuda.
Cueva de pavor, cueva de pavor,
¿y el cráter donde arrojas tu cerebro?
En estas brasas verías la roja extensión
del mármol inminente que asedia,
que absuelve con asco en la vigilia.
La figura musical estaba aullando
desde tu entrada triunfal en el bosque.
Los hijos de la hiena comían voraces
las pequeñas cerbatanas, los restos de un domingo
sobre el velo.
¿Pero no eran espléndidos sus cuerpos,
no resplandecían en la hora exacta del crimen?
Te lo advirtieron por la madrugada,
deteniéndose en intersticios
junto al tablón podrido de las viejas proezas.
¿Huiste hacia adentro?
Trapos detrás del vacío ardieron como linternas;
sábanas de muerte pactaban en los lavaderos del engaño
donde fuiste emperador y niño que ríe
hasta la noche del monstruo.


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Poema Gustave moreau - Manuel Lozano