Este Enzélado altiuo pensamiento,
Por otro atreuimiento derribado,
En este pecho, mongibel tornado,
Tal fuego lança, que abrasarme siento.
Y sin memoria del soberuio intento,
Por quien en vida viue sepultado,
Tan furioso rebuelue mi cuydado,
Que mueue guerra al estrellado assiento.
Padece el desdichado eternamente,
Y padeciendo a libertad espira;
Procuro de ayudalle lo que puedo.
Mas si miro mi cielo reluziente,
Tales y tan ardientes rayos tira,
Que como el triste pensamiento quedo.