para Liliana Herrero
Una voz.
Una voz contra tinieblas.
Una voz contra la boca
En el ojo monstruoso.
Una voz contra muerte,
Contra vestigios,
Contra viejas ruindades.
Una voz contra sombras de sombras
De mentiras y falsificadores,
Contra cascotes de la sumisión.
Una voz contra silencio.
Aquí el murmullo
Nace un cuerpo que es tribus
Llevándome al manantial del COMIENZO.
Es que esta lengua atraviesa ríos:
Vuela desde la semilla
Y es semilla.
Tatúa nuestras pieles
Y es la casa del mundo.
La voz padre y madre
Abre las puertas
Del aire anarquista, de un agua de ternuras,
Del fuego y de tu tierra en celo.
Es que la lengua atraviesa heridas:
Las raspa, las lame, las perfora.
¿Y estos cántaros corriendo sublevados
Por la sangre, cerbatana de verdades?
¿Quién acaricia a esta mujer que llora
En una casa a solas
Cuando todo ha partido
Y me descrucifican?
¿Pero quién el prisionero alerta
Golpeando entre los hierros?
Por todas las edades del asco y del amor hube corrido
Hasta beber en el viento, hasta embeberme en el viento
Los telares del día.
¿Y con qué desesperanza
Levantaré estos sudarios?
Ah, la felicidad como una hamaca de lianas
Oscilando en la memoria.
Tigra del viento,
La música es tu naúfraga y tu reina.