ENTONCES la inocencia.
Entonces yo metía la soledad en botes
Y bajaba rodando por los prados en cuesta
Y disecaba insectos en cajas de cerillas
Y entendía la muerte como el final de un cuento
Y esperaba la lluvia con las botas de goma
y me hacía feliz estrenar las libretas.
Entonces me escapaba muchas tardes de casa
Y me subía a los pinos y vendía las piñas
Y nunca había visto de verdad girasoles
Y me parecía lejos lo que estaba muy cerca.
Entonces me sabía entero el Catecismo
Pero no me gustaba tener que entrar a misa
Y estrenaba por Pascua sandalias y bombachos
Y estrenaba en Difuntos pantalones de felpa.
Entonces ya admiraba qué libres son los pájaros
Y no quería ir siempre por los mismos caminos.
Entonces no me daban respingo las noticias
Ni asco los gusanos ni miedo las culebras
Angustia ningún peso.
Entonces, la inocencia.