Cuando a veces se tiene un sueño
y aparece un cuerpo
quizá se está lejos del paraíso.
Pero la efímera gloria de aquel momento
es la joya invisible en el alma,
el viento que mueve las ramas.
El misterio de la vida siempre está en otra
parte.
Más lejos que los días y las horas
y aún hasta después que caen las hojas,
permanece.