En este romance se trata de los amores primeros de Abindarráez y Jarifa, y la
Separación de los enamorados por irse ella con su padre a otro lugar de la
Frontera
Crióse el Abindarráez
En Cartama, esa alcaidía,
Hasta que fue de quince años
Con la hermosa Jarifa.
Padre llamaba al alcaide
Que él en guarda lo tenía,
Y Jarifa como hermana
Le regalaba y servía.
Y solos por los jardines
Se andaban de noche y día,
Cogiendo de entre las flores
La que mejor parecía.
Si Abindarráez cantaba,
Jarifa le respondía,
Y si acaso estaba triste,
Jarifa se entristecía.
Y estando una madrugada,
Ya que la aurora salía,
Sentados junto a una fuente
Que el agua dulce corría,
Jarifa de Abindarráez
Muchas veces se retira,
Y aunque muestra rostro alegre,
No burla como solía;
Antes de muy congojada
En mirándole sospira,
Y el valiente Abindarráez
Mucha tristeza sentía.
Y con la voz amorosa
Le pregunta qué tenía.
Jarifa como discreta
Sospirando respondía:
?¡Ay, Abindarráez querido,
Ay, alma del alma mía!
¡Cómo se nos va apartando
El contento y alegría!
Que a mi padre oí anoche,
Fingiendo estar yo dormida,
Que hermandad ni parentesco
Entre nosotros no había;
Y que de aquesta frontera
El rey, alcaide os hacía,
Y que mi padre en Coín
Quiere el rey que asista y viva;
Y pues oí el desengaño
En que engañada vivía,
Siendo mi gloria tan breve
¿cómo podré tener vida?
Y estando los dos amantes
En su triste despedida,
Llega a Abindarráez un paje
A pedille las albricias.