I
El silencio ofende con brillo de una diapositiva.
El vidrio y la mancha incómoda, la colina atizonada y la mañana de los clarineros.
La memoria ronda espíritus que habitan la casa esclerótica:
Aquí hubo soberbia y piedad de taburete retostado;
Hubo oficio que imitábamos en la resequedad de abril con peregrinación inesperada
Y una estación que provocó sabidurías en la Masaya de los osarios.
II
Aquí el epitafio se lamenta de su sepultura;
Aquí nuestra juventud y los autorretratos de una diapositiva son la urbanización
Y los fémures que esquivan la soledad porque no conocieron nuestra algarabía.