El vecino Domingo ha desollado un cerdo
adentro de su cuarto.
La sangre salpicó el marco de la puerta.
Unas gotas quedaron suspendidas en el mosquitero
hasta que se secaron con el viento.
Comimos sobre el piso quebrado por la higuera
después
las mujeres lavaron en voz baja
y los hombres durmieron vestidos a la sombra.
La escoba silenciosa le disputa el rumor
a los canarios. Debe ser Carmencita
pensando en otras cosas.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- PÉsimo estatus para un cayo el domingo Todo es tan relativo Que por mucho que navegue Tendré horizonte por delante Tan inalcanzable, como siempre Ahora me invento ese sueño reiterado: Vas a […]...
- Los ángeles mudos Inmóviles, clavadas, mudas mujeres de los zaguanes y hombres sin voz, lentos, de las bodegas, quieren, quisieran, querrían preguntarme: -¿Cómo tú por aquí y en […]...
- La flor Al higo de la higuera un picotero le comió el corazón; y ahora, sin querer, el higo negro se parece a una flor. En la […]...
- Un domingo La tarde se asolea, azul, en la plaza. Las palomas se congregan luminosas y amargas entre volantines y esferas que se enredan en los cables. […]...
- Cementerio La tierra aburrida de los hombres que roncan Es aquella que habitan los pájaros pobres, Las gallinas que comen las piedras Las lechuzas que braman […]...
- Algunas tardes de domingo tienen los ojos tristes Algunas tardes de domingo tienen Los ojos tristes. Es como si en ellas Se hubiera detenido la vida para siempre. Lirios azules, pensamientos, Silenciosa enredadera […]...
- Canto a santo domingo vertical Ciudad que ha sido armada para ganar la gloria, Santo Domingo, digna fortaleza del alba, Hoy moran en mi alma todas las alegrías Al presenciar […]...
- Exilios Los exilios se construyen Como pirámides de sueños, De hombres, de esperanzas, De mujeres y de años; Pesadas y anchas al principio Como para borrar […]...
- Hombre masa Estaba solo entre las cosas Como una estrella única en el cielo Y un muerto en el centro de la tierra. A su alrededor los […]...
- Manifiesto de amor A Andrea Amo a las mujeres Amo a las mujeres que oscilan en hamacas paraguayas Con el sol en el plexo y las manos mojadas […]...
- Historia de un día en tres esquelas I Vergüenza me cuesta, pero has de perdonarme. Hoy no asistiré a la Junta. El motivo es pecaminoso. Justamente de cinco a siete tengo que […]...
- En busca de la raíz Fui envolviendo mi piel a la distancia, Cubriéndola a la luz de tu recuerdo Y un silente acordeón de medio luto Fue en las noches […]...
- Domingo Un domingo sin ti, de ti perdido, es como un túnel de paredes grises donde voy alumbrado por tu nombre; es una noche clara sin […]...
- Domingo Recorro las calles de este New York vestido de verano, con sus guirnaldas de latas de cerveza y envoltorios de helados, con su fauna fantástica […]...
- El domingo Te anuncia un ecuménico amasijo de hogaza, Que el instinto del gato incuba antes que el horno. La grey que se empavesa de sacrílego adorno […]...
- En el dÍa del domingo de casimodo Una maravilla vi sobre cuantas nos mostraron; grande ha sido para mí en ver que nos adoraron pues estávades ahí. Muchos ciegos, pocos ojos vi […]...
- DÉcima del domingo Otro domingo asiste a mi locura. No espero nada nuevo, la rutina estará agazapada en cada esquina aguardando brotar de la espesura. Todo el domingo […]...
- En la doliente soledad del domingo Aquí estoy, desnuda, sobre las sabanas solitarias de esta cama donde te deseo. Veo mi cuerpo, liso y rosado en el espejo, mi cuerpo que […]...
- Agua AGUA sólo es el mar; agua es el río, Agua el torrente, y agua el arroyuelo. Pero la voz que en ellos habla y canta […]...
- Epístola irreverente a jesucristo (i) Cristo, bájate ya de tu cruz y lávate las manos, lava tus rodillas y tu costado, peina tus cabellos, calza tus sandalias y confunde tus […]...
- Poema del domingo triste Este domingo triste pienso en ti dulcemente y mi vieja mentira de olvido ya no miente. La soledad a veces es el peor castigo, ¡pero […]...
- Domingo en santa cristina de budapest y frutería al lado Llueve entre los duraznos y las peras, las cáscaras brillantes bajo el río como cascos romanos en sus jabas. Llueve entre el ronquido de todas […]...
- Presencia de sombra Alguien habla. Alguien me dice. Extraordinario silencio el de esta noche. Alguien proyecta su sombra en la pared de mi cuarto. Alguien me mira con […]...
- Sube y baja (Canción de cuna para un niño místico) ¡Sube que sube y sube! ¿Descubrirás la piedra O encontrarás la nube? ¡Baja que baja y baja! ¿Descubrirás […]...
- El pozo ¡El pozo!… Platero, ¡qué palabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tan sonora! Parece que la palabra la que taladra, girando, la tierra oscura, hasta […]...
- Amantes (iv) Al cerrar el botón del monedero esa mujer hablando de los otros tropieza con los nombres que apretaron el brillo de su vestido rojo. La […]...
- Dejemos los anillos Dejemos los anillos en su sitio la gotera del baño, el esforzado sueño. Escondamos la escoba, por favor los trapos de cocina. La borrachera diurna […]...
- El higo prodigo Llego hasta donde comenzó el Génesis. Pero de la Abuela Simiente sólo queda La Higuera Persistente, Frondosa, Maternal, Callada. Llego a ella siguiendo el ritual […]...
- Abuelos (iii) Aquí se estableció con sus manteles de hule el carmín de aquel tiempo cuando el furor en los labios. Sobre una tabla blanca y lisa […]...
- Cuál es la medida ¿Cuál es la medida, la tabla, El esbozo? En la sombra, el instinto; En la luz, la herrumbre Que migra de cuerda en cuerda. Creo, […]...