A veces me despierta una amapola
A veces me horada una campana
A veces me lava la cara una ventana
Y otras veces me encierra entre sus páginas la aurora
Yo no tengo la conducta preparada
De los ríos de estiradas cicatrices
A veces soy (voy) la nieve que se derrite
Y otras veces me quedo hecho montaña
A veces me ilumina una naranja
O me convence con rincones la tiniebla
Y ando buscándome entre la niebla
Hasta que una flauta inesperada me apuñala
Pero de todas mis conductas planetarias
De mi espesa diversidad de selva
Hay una constante y siempre nueva
El rito de amarte que me arrastra
Por flores y por piedras y palabras
Por los mismos nombres de la tierra
Y en cada cosa se renueva
Como mil tardes diferentes en el agua.