El dulce fruto en la cobarde mano

El dulce fruto en la cobarde mano
Y casi puesto a la hambrienta boca,
De turbado lo suelta y no lo toca,
Vencido de un temor bajo, villano,

Vandalio; y el Amor, fiero tirano,
Que al alma asombra con sospecha loca,
Mientra la vida deseando apoca,
La hambre cresce y cresce el temor vano.

En tanto, el caro fruto deseado
De la vista al pastor desaparesce,
Y ni comer se deja ni tocarse;

Cuando con un sospiro apasionado
Dijo: “Tal sea de aquél a quien se ofresce
Un bien de que no sabe aprovecharse.”


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Poema El dulce fruto en la cobarde mano - Gutierre de Cetina