El destino de la vida misteriosa

Oh, Señor, no entiendo nunca a dónde va esta vida tan corta.
No porque no tengo orejas para oír el gran ruido del viento,
No porque no tengo ojos para mirar los milagros del cielo;
No porque no tengo corazón para sentir el amor del paraíso,
No porque no tengo boca para decir versos dulces al mundo;
No porque no tengo lengua para conocer el sabor rico del mar,
Ni porque no tengo creencia en el Creador de la ciega alma.
¿Qué significa una vida que siempre está llena de violencia?
¿Qué belleza tiene una vida que está llena de toda falsa verdad?
¿Qué nos lleva a una vida que está lejos de la mente de los niños?
¿Qué esperamos de una vida que está muy lejos de la paz soñada?
¿Quién llevará la luz sin final al mundo de gran oscuridad egoísta?
¿Qué hace Dios cuando la luz está luchando contra la oscuridad?
¿Cuándo los niños del cielo azul abren sus muy santas escrituras?
Ayer fue una vieja vida que vivimos con muchas lecciones,
Hoy es una vida que estamos a punto de pasar sin escribir historia;
Mañana será una nueva vida que esperamos con grandes esperanzas.
¡Que el tiempo me enseñe a entender a dónde va esta vida tan corta!
¡Que el cielo escuche cuando mi boca hace sus oraciones de noche!
Quizás las oraciones de mi boca abrirán las páginas más secretas,
Donde se escribe el destino de la vida blanca y negra del mundo.
Jogjakarta, diciembre 2003


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Poema El destino de la vida misteriosa - Yohanes Manhitu