Respondió sañuda miente ese Mudarra Gonçález:
“Si me non queredes por fijo, nin yo a vos por padre,
Ca donde yo menos valgo así es de vuestra parte.
Mas déxeme Dios vengar míos hermanos los infantes
E recebir cristiandat por mi ánima salvar,
Que por vuestro heredamiento non doy quanto un figo vale.”
Allí dixo doña Sancha: “¡Si vós viésedes como ante!:
Si viésedes agora su rostro e su faz,
Diríades que éste era vuestro fijo Gonçalo Gonçález.
E vós con miedo de mí non neguedes lo que errastes,
Ca quien yaze en captivo non puede ley guardare,
Ca conviene pecar con lazería, sed o fanbre.
E por vergüença de mí non neguedes vuestra sangre:
Pecariedes mortal miente e yo avría enojo grande.
¡Tales pecados como este oviésedes siete o más!
Vos tomariedes penitencia e yo tomaría la meetad.”
Estonçe dixo don Gonçalo toda la verdat:
“Si es fijo de la infante, él me dará señal…”