Descubrimiento

Sí, fueron cosas simples,
Pero definitivas:
A mi espalda una mueca de veranos podridos,
Y al frente tu sonrisa.
Y me fuiste enseñando la carrera de hombre
Desde la primera cuartilla.
Por ti supe beberme los crepúsculos
De unas tardes distintas,
Y ya no vi alimañas en la sal,
Sino peces dorados en la fauna marina.
Y lloró la emoción poética de un postre
Mi sentimental gula reprimida.
Después aprendí más
En vidrieras y modas masculinas,
Cuando ropajes anacrónicos
Supieron la elegancia de una nueva camisa.
Yo tenía el derecho de vestir diferente,
Pero no lo sabía.
(Ya desde entonces nadie se puso serio
Porque adquiriera un libro de poesías;
Al contrario, era como un manjar
Para una doble cena íntima.
Era como encontrar métricas chocantes
Y una cadencia definitiva).
Y aprendí para siempre
Detalles que desconocia,
Como el ejemplo de la esposa
Que es enfermera y madre, que es placer y es amiga.
Porque mis achaques huyeron
Con tu tenacidad, amada mía,
Y hoy, al compartir tu ternura,
También comparto el libro y el concierto y la misa.
Sí, fueron cosas simples,
Pero definitivas.
Por eso estremecí mi mundo reducido,
Y rompí mis cadenas a mordidas,
Y despinté paredes con las uñas,
Y devoré kilómetros de huida,
Hacia tu mundo, que es el mundo mío:
Hacia Dios, hacia arriba.


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Poema Descubrimiento - Luis Mario