Fabuloso engranaje de ríos infinitos
Meticuloso laberinto hacedor de sueños
Corcel de ignota maratón
Devorando rutas de niebla
En páramos desconocidos.
Sus cascos destellan de luna
O acaso
Conocen el lodo.
Sus crines me azotan el rostro.
En un vértigo de angustia
Mis manos apresan la furtiva brida
Y el pulso se aquieta al saber
Que puedo guiar
Mi destino.