Hay un telón subiendo en cada suspiro
Para desvanecer la estela de tu desdén.
Hay una terca caricia dentro de mi añoranza
Y una espuela en mis ojos.
Quiero que seas el algodón que acaricie mis venas,
El iris que ilumine mis labios
Y la nave que despegue, mis llantos.
Pero no puedo,
No puedo sentirte completamente en mi cobija.
No puedo entrelazarme con las letras
De tu corazón:
Cora: ¿Coraza?
Zón: ¿Desazón?
Explícamelo, con el soplido del caracol,
Con las manos del infierno y con el vientre
De nuestro amor.
Sólo déjame acercarme más al ombligo
De tu noche
Donde encuentro la hadas del amanecer
Y verás que cada rincón tiene tierra fértil
Y cada soslayo un recodo en mi pecho.
Sólo tenme dentro de ti un segundo
Y sabrás que mi nombre lo besas
En otras bocas
Con dolor en las sílabas.
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