De la plegaria y el almendro

No hay manoalguna escribiendo y sin embargo
Un sobre rugoso es marcado con los datos
De la plegaria y el almendro
El afán de la mañana renuncia fulgores
Para una negritud que se desprende
De la cuartilla ingenuamente convencida de su guarismo
Guardado por mandato del dios que no recuerda
Su habitual domicilio de invierno
Bueyes vecinos pasean tardías majestades
En el prado de plomo al que alude
Un arcaico fragmento la sequía
Forcejea con sus lenguas e incrementa
La campaña caminos desollados apenas
Abatidos discursos de la piedra
No hay manoalguna ni tal vez
Destinatario voluntad pidiendo voluntad
Imanes de frondosa rectitud fructíferos
Altares en la vigilia manca y opuesta


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Poema De la plegaria y el almendro - Héctor Rosales