Cuenca minera

Miradlos tierra adentro, al revés que la espiga,
Camino de un diluvio de óxidos ya cercanos
Miradlos codo a codo con el magma y la hormiga
Reptando por la cuenca voraz de los gusanos.
El sol no les conoce. Pero alumbran su vida
Trenzando dinamita sonora y turbulenta.
Su sangre brama y crece y anega en su crecida
El nido que la muerte propaga en su osamenta.
Patria abajo, averiguan la piedra con los dientes
Y estrujan en la sombra su fe de mayo a mayo;
Las voces de sus picos reclaman estridentes
Justicia en el idioma universal del rayo.
Les olvidó la vida debajo de la tierra.
El carbón no les mancha: les redime una boca
Que ya enterró su grito y en sí misma se encierra
Soñando un pan futuro, probable en cada roca.
La noche mineral, por retener sus huesos,
Les regala volcanes de sudores y espumas
Y torrentes de arcilla que los arrastran, presos,
A un recio continente de metales y brumas.
He visto a los mineros labrándose una caja,
Lapidando su sangre a orillas de una veta.
¡Que no me diga nadie que está su muerte baja
Porque son los obreros más altos del planeta!


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Poema Cuenca minera - Ramón Graells Bofill