Cuatro ojos

No veo las piedras son chanchos
Desembocadura del Aconcagua bote
En el río en el mar en las rocas en la playa
Puesta de sol en el recuerdo
El contorno se hace difuso
Como camino de Reñaca a Con Con
Curvilíneo
Como mujer en traje de baño
Prohibido por el obispo
Grises y rosadas las piedras caminan
Luminosas de blanca cresta y panza azul
Las olas mueven el bote
Mientras ojos alertas persiguen formas
Que escaparon para siempre a lo lejos
Veo montañas de helado de frutilla
Barquillos que se escapan, que se escapan
Y ahora el rayo verde, ahora, grande
Allá, allá al final, en el mar
En el mar
Y la niña usará anteojos
(con marco café o gris, económico, discreto
Como las pepas de frutilla en el Timbao
O entre los dientes
Como el regreso a casa en un rincón del repleto
Prestado Opel veraniego
Como cielo de Santiago en un día de invierno)
Los chanchos no son chanchos, son piedras.


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Poema Cuatro ojos - María Inés Zaldívar