Cuando me hice fruta

Hombre y mujer fui concebida bajo la sombra de la luna,

Pero Adán fue sacrificado en mi nacimiento,

Inmolado a los mercenarios de la noche.

Y para colmar el vacío de mi otra esencia

Madre me bañó en aguas del misterio,

Me instaló en la orilla de cada montaña,

Moldeó la luz y la penumbra

Para hacer de mí mujer-centro y mujer-lanza,

Traspasada y gloriosa,

Ángel de los placeres innominados.

Extranjera crecí y ninguno cosechó mi trigo.

Diseñé mi vida en una hoja blanca,

Manzana a la que ningún árbol dio a luz.

Y la horadé y salí,

En parte vestida de rojo y en parte de blanco.

No solo estuve en el tiempo o fuera de él

Porque maduré en los dos bosques

Y recordé antes de nacer

Que soy un tumulto de cuerpos,

Que dormí largo tiempo,

Que viví largo tiempo,

Y cuando me hice fruta

Supe

Lo

Que

Me

Esperaba.

Pedí a los magos que cuidaran de mí,

Y entonces me llevaron consigo.

Dulce era mi risa

Azul mi desnudez

Tímido mi pecado.

Volaba sobre la pluma de un ave

Y me hacia almohada a la hora del delirio.

Cubrieron mi cuerpo de amuletos,

Y untaron mi corazón con la miel de la demencia.

Protegieron mis tesoros

Y los ladrones de mis tesoros,

Me obsequiaron historias y silencios,

Desataron mis raíces.

Y desde aquel día me voy

Me hago nube de cada noche

Y viajo.

Soy la única en decirme adiós

La única en acogerme.

El deseo es mi camino y la tormenta mi compás.

En el amor no echo anclas.

Gemela de las mareas,

De la ola y de la arena

Del candor y de los vicios de la luna,

Del amor

Y de la muerte del amor.

Durante el día mi risa es de los otros

Y la cena solo a mí me pertenece. .

Quien sabe mi ritmo me conoce

Me sigue

No me alcanza.


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Poema Cuando me hice fruta - Joumana Haddad