Como hoja seca,
sujeta a la rama
donde nace…
Siento mi cuerpo
prendido,
pero mi mente
a merced del aire…
Deseo una ráfaga
de viento,
enérgica, despiadada,
que me haga volar
sobre el árbol,
unirme a otras hojas
que pasan…
Sé que será vuelo corto,
después caeré,
seré alfombra dorada.
pero ese fugaz tiempo
que mi cuerpo tuvo alas…
fue tan hermoso,
tan distinto,
que merece morir
pisada.