Cavalcanti

Si una rosa no alcanza la plenitud, de tu destreza
– Guido – no respondería.
La dama siempre de espaldas sonrió a un paisaje
añorante.

Puesto que esa mujer más que razonar sueña, ella
es en su quietud más vieja que tu exilio,
y si otro besara su cuerpo amado ¿Tu regreso sería inútil?
Como cualquier locura, viento o blasfemia que mueva
a quien tanto ambiciona
puesto que esa mujer no ambiciona sino sueña
se ha mantenido joven en su pobreza.
Y si alguien derramara el vino atento sobre ella,
y otro la besara en su coño, que sería, entonces,
si un viajero…


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Poema Cavalcanti - Carmen Ollé