Bíblica

Era ya media vida, tal vez menos,
Y aunque en mi sien había un déficit de canas,
Un rocío salado vertía en mis mañanas
La cruda rebeldía de los buenos.
Con mi tormenta gris plagié los truenos,
Pero salvé mi interna visión de porcelanas,
Y al burlar los cerrojos y romper las ventanas
Enfloraron estériles terrenos.
Era ya media vida… ¡Media vida!
Como un Lázaro a cuatro suspiros de la herida
En mi sepulcro germinó la fe.
Vivificó mi muerte a la azucena,
Trajo el amor del brazo mi loca nazarena
Y al grito de su amor, resucité.


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Poema Bíblica - Luis Mario