Di, Jesucristo, ¿por qué
me besan tanto los pies?
Soy San Pedro aquí sentado,
en bronce inmovilizado,
no puedo mirar de lado
ni pegar un puntapié,
pues tengo los pies gastados,
como ves.
Haz un milagro, Señor.
Déjame bajar al río,
volver a ser pescador,
que es lo mío.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- El poema y el poeta Tú me pides un poema y yo te digo: amor, si tú lo eres. Cada parte tuya es una estrofa y todo el conjunto, poesía. […]...
- A volar Leñador, no tales el pino, que un hogar hay dormido en su copa. -Señora abubilla, señor gorrión, hermana mía calandria, sobrina del ruiseñor; ave sin […]...
- A don pedro de cárdenas, en un encierro de toros Salí, señor don Pedro, esta mañana A ver un toro que en un Nacimiento Con mi mula estuviera más contento Que alborotando a Córdoba la […]...
- Oración La barca morena de un pescador cansada de bogar sobre la playa se puso a rezar: Hazme, Señor, un puerto en las orillas de este […]...
- El milagro pequeño Aquella pobre niña que aún no tenía senos… Y la niña lloraba: -Yo quiero tener senos. -Señor, haz un milagro: un milagro pequeño. Pero Dios […]...
- En el exilio (i) Escritos cualquier día entre 1980 a 1984 ¡Un día más! ¡Déjame, Señor, vivir los suficientes para tenerlos de nuevo conmigo! El corazón duele mucho más […]...
- Una fecha y el mar Una vez, un pescador se fue cortando al viento; tiró la red, la recogió vacía; en tanto ensangrentado el sol con todo el peso de […]...
- La puerta Por esa puerta huyo, diciendo: “¡Nunca!” Por esa puerta ha de volver un día… Al cerrar esa puerta, dejo trunca la hebra de oro de […]...
- Déjame que me duerma Déjame que me duerma en mi mentira Para poder, mañana, abrir los ojos. Déjame que me engañe y que me diga Que sí, que soy […]...
- Déjame ser Deja llevarme mi última aventura. Déjame ser mi propio testimonio, Y dar fe de mi propia Desmemoria. Déjame diseñar mi último rostro, Apretar en mi […]...
- Octavas a la memoria de su hermano don pedro de helguero Desgajado el ciprés, rota la lira, Mal concertado el susto con el canto, empiece el triste númen que me inspira a dar tímida voz envuelta […]...
- A d. pedro calderÓn de la barca Con ocasión del segundo centenario de su muerte Para tu luz y armonía Ni ojos ni oídos habrá. ZORRILLA. ¡Calderón! Genio profundo, Cuyos títulos de […]...
- La consigna y el milagro Volver a tus dominios, infancia, acercarse es lentamente a la explosiva boca de un volcán y luego ¿para qué volver entonces al origen del desastre […]...
- Dijo don pedro Dijo don Pedro, y alzando altivo la osada frente, su pupila irreverente en don Ramiro clavó; y al resplandor que una lámpara por todo el […]...
- A san pedro El mayor bien de quereros es querer un no quererme, pues procurar de perderos será perder el perderme. No porque perdiendo’s gano lo que lastimó […]...
- Mi soledad, no Mi soledad, no. No me la reclames. La comparto, eso sí, como un hermano, Como comparto el pan que me alimenta Y el vino que […]...
- Que no se diga pedro Ángel QUE NO SE DIGA PEDRO ÁNGEL Por aquí te queremos Deja tranquila esa brizna de la adolescencia Su cojera sus mojados sobresaltos Ponte la suela […]...
- CanciÓn a las lÁgrimas de san pedro Planta que vence al cedro, A cuya sombra medro, No por tanto regar te seques, planta; Lloroso Pedro santo, No des licencia al llanto Que […]...
- Retrato de don pedro de alvarado Por la cautiva playa marinera -centauro casi, casi profecía- sobre una resonante jerarquía alzaba su esperanza aventurera. De sangre era la cruz no de madera; […]...
- Déjame volar Déjame volar tierra parida marcado por la placenta de la angustia Déjame volar y hacer mi nido en la estrella que llora consternada porque un […]...
- Oda ii a don pedro portocarrero Virtud, hija del cielo, La más ilustre empresa de la vida, En el escuro suelo Luz tarde conocida, Senda que guía al bien, poco seguida; […]...
- El trono de san pedro Esgrime sus banderas de papel Controla sus relojes, vela por sus rincones Y cría su prole en el desierto Monumentos de mármol y de barro […]...
- Soneto de pedro de cáceres de espinosa Sacad a luz de la tiniebla oscura del Orco, a vuestra Angélica elegante, cual su Eurídice tierno tracio amante, aunque con más consejo y más […]...
- Sombra ¡Oh!, ¡Cuán fría está tu mano! ¿Ríes? ¿Por qué ríes? Chocan tus dientes. Hay algo extraño en tus ojos. Tus miradas hieren como dagas. Me […]...
- Al poeta pedro soto de rojas Poco después que su cristal dilata, Orla el Dauro los márgenes de un Soto, Cuyas plantas Genil besa devoto, Genil, que de las nieves se […]...
- A un pescador En buen esquife tu afán madruga, El firmamento luce arrebol; Grata la linfa no tiene arruga; La blanca vela roba en su fuga Visos dorados […]...
- Mi dios hereje Aunque ellos me maldigan qué me importa Si me bendices Tú, mi Dios hereje; Tu santa diestra mi destino teje Y Tú me enseñas que […]...
- Romance viii carta de doÑa jimena al rey En los solares de Burgos a su Rodrigo aguardando, Tan encinta está Jimena, que muy cedo aguarda el parto; Cuando demás dolorida una mañana en […]...
- Déjame esta tarde solo para mí Déjame esta tarde solo para mí, que tengo la voluntad perdida en el frío. En olvido inmenso crecen y mueren los pájaros. Hace un siglo […]...
- Sonido hÚmedo Cada viernes es el anticuario. Subirse al caballo es la precognición. Un estandarte objetivado aumenta la temperatura, baja las persianas. El estado beta presupone un […]...