Ante un pequeño dios

Su nombre no era para retomarlo y llevárselo de escapulario,
Tampoco para hacer alardes de su memoria y a la sangre
Menos para quedárselo en la bóveda de los innombrables.
Su nombre por sí sólo es eso; pero apilado en la ceniza que
Nos abofetea sin manos, es todo un ejemplo
Que si no enfilamos no nos alcanza todo el agua de la lluvia
Para quitarnos el olor a cobardía.
Canto Del Solo
El frío inunda los poros de este cuarto,
El tibio canto de los gallos se escarcha
Al atravesar la ventana.
Inútil:
La sábana jamás hará paradigma con tu piel.


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Poema Ante un pequeño dios - Amilcar Colocho