Conversación sobre la muerte con mi pequeño hijo

A todos los niños del mundo

Estoy frente a la vida y frente a tí.
Se te ha dicho que algún día vamos a morir,
pero en realidad
así como la crisálida se convierte en mariposa
el alma se libera del cuerpo material
para seguir aprendiendo en su camino de luz.

No debe haber tristeza por el cambio de la materia.
Las cosas – todas – del mundo físico son perecederas,
sencillamente se transforman.
Sabes ya, mi niño, que somos materia y espíritu.
Acostúmbrate desde ya al vuelo de las alturas.
Elevémonos más arriba de tus cometas,
de tus papalotes de papel china.

Que mi partida no te duela.
Aunque me marche y ya no me veas
estaré siempre muy cerca de tí… como cuando
estuviste en mi vientre esperando conocerme.
Viniste de más allá de donde tu capacidad comprende
y así también, un día volverás.

Esta vida es sólo una estación
en el camino de tu existencia y tus cumpleaños
en realidad no cuentan para la Eternidad.
No sufras cuando me muera. Sólo significará
que ya cumplí mis tareas aquí en el plano físico.

Yo tan sólo soy una amorosa Niñera
que La Vida te destinó para cuidarte
y ayudarte a ser hombre, a ser mujer
y si me voy… es porque así debe ser.
Para entonces, tus alas hoy frágiles van a ser fuertes
y volarás alto muy alto, como el águila, como el cóndor
y estarás siempre buscando altura.

Ya no me necesitarás.
Será inevitable que llores pero yo lo entenderé
y aún en mi silencio de catafalco, me dolerá tu dolor…
pero, procura ver más allá de tus manos y llanto…
Me verás entonces en las auroras
cuando te levantes temprano.
Me sentirás en los atardeceres
cuando disfrutes en las agitadas olas
y en la espuma del mar.
En todo aquello que tu corazón haga palpitar.

Sí, mi niño querido
aunque ya no me veas con tus ojitos
dulcemente hermosos y pensativos
estaré a la vuelta de cada esquina de tu día
para amarte y esperarte
en este bello camino de La Vida
en el que “la muerte” es sólo una palabra
inventada por el hombre para explicarse
lo que no ha logrado todavía comprender.

Recuerda que jamás podemos morir
porque nosotros Somos La Vida
porque somos UNO con El SER
y Es Permanencia y Eternidad.


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Poema Conversación sobre la muerte con mi pequeño hijo - Mayamérica Cortez