Porque respiro el aire que respiras.
Porque percibo tu vagar intenso.
Porque escindes de lo vulgar mi alma.
Porque me acercas a tu sacro fuego.
Porque eres vuelo y nadie te retiene.
Porque en diálogos de luz me cantas.
Porque en tu ausencia todo es como nada.
Porque desbordas de emoción mis ansias.
Porque te busco y no te hallo nunca.
Porque te hallo sin buscarte siempre.
Porque suave rezo una oración contigo.
Porque grito en tu voz cuanto me duele.
Porque en la soledad estás. Y en el silencio.
Porque en tu vino bulle la alegría.
Porque pródigo estás en el que amo.
Porque inestable eres, pero puro.
Porque en tus alas vibran los otoños.
Porque ves tantas cosas que no existen.
Porque naces y mueres en la rosa.
Porque meces la palabra en ritmo.
Por que la muerte de tu mano es bella…
Hálleme la muerte respirando
El aire iluminado que respiras.