Acércate, Sembrador, sosiega tus urgencias,
Es aún tan joven la mañana.
Siéntate a mi lado y charlemos bajo el cielo
Donde vuelan los pájaros hambrientos.
A ese último puñado
De trigo
Que te queda
Dale un destino más alto:
Deja que alimente a las bestias pequeñas
O que tenga la misma utilidad que los luceros.
Mientras tanto
Vigilemos cada surco
De este mar inesperado.
Siéntate, Sembrador, he traído
Algo de pan: tejamos juntos los ovillos de la aurora.