A la Luz, que permite que te vea,
Aprendiendo a volar en su oro leve
Y me deja ser rayo que te lleve
El instantáneo amor con que se crea.
A la Luz, madre, diosa o lo que sea,
Que sombra quema como el fuego nieve,
Quiero entregar mi llano y mi relieve,
Mi voluntad que, ciega, serpentea.
A ti, Luz, respirando como un niño
Quiero tornar sin cuerpo y sin idea,
En un beso de Sol y de aventura.
A ti, Luz, catedral sin forma, guiño
Del color que en un arco se recrea,
Alzo el breve fulgor de mi escritura.