A federico garcía lorca

Murió de pie, de pie, definitivo.
Sobre el muro vaciáronse sus venas.
En sus huesos hundieron las avenas
Sus raíces y el grano genitivo.
De su garganta de andaluz olivo
Insurgía la España sin cadenas.
Se daba al pueblo abierto y sensitivo.
Su simiente perenne se conserva
En el verdor del musgo, de la yerba,
El jazminero y el olivo viejo.
Cegaron el temblor de sus retinas.
Lloró el viento, el trigo, las encinas.
Murió también de España con Vallejo.


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Poema A federico garcía lorca - Roberto Armijo