“sólo en la muerte no somos extranjeros”
Eugenio de Andrade
Despido los días
Que ojean hacia el tanteo
Del largo quejido pegado al suelo
Y sí algo queda
Es recorrerlo a bordo de su puro llanto
Entre los tres silencios
Que me persiguen
Alejando
– sólo el sonido –
Perdido en rostros y con permiso
– Cementerio –
Cuelgo de tu espalda este racimo de tardes
Que se ocultan en tus aguas
Temblando
Ropaje de cambio de mi solo cansancio
Muriéndose
Nuestro
Cumplido árbol