VA a caballo sin sexo la noche
Sombras levantan sus pezuñas
Sus rodillas de narciso imponderable
Se quiebran inútiles en una lluvia fina
Cae y se levanta y vuelve a caer
En la trampa tejida por los búhos
Que contratan las maderas del cadalso
Y en las guirnaldas arrojadas a la orilla
Por las estrellas ya difuntas
Se pierde su noticia
Y sobre la blanca camisa del caballero
Cae la noche
En principio es exactamente esto
Al primer contacto de esa sombra atormentada
Que limita al circo en la hora de los atletas
Al contacto que hacen los muertos de frío
Sobre el cristal la noche cae irremediable
Pero en torno por referencia y mientras gira
La mano de los ciegos busca un valor semejante
A las palomas idas muy de alba
Son los polluelos que rodean la cabeza del astrónomo
Y llenan de temblor doméstico las órbitas más frías
Las órbitas de esa ruleta de creer y no creer en que a pesar de todo
Se juega a la noche cuyas rodillas devuelven los narcisos a sus espejos