El astuto animal fue ingenuo dos horas por la casa:
Antes del polvo de las cosas tocó los helechos salvajes,
Los gruesos valles del jardín diminuto,
La piedra que es llanura de lava para su ojo infinito:
Un viajero aprensivo por las habitaciones casi desiertas
Alentó inútilmente las plantas prisioneras,
Rondó la cabeza del perro semidormido
Que lo espantó como a un remordimiento.
La antesala fue el Cañón del Colorado:
Antes sus poderosos antepasados visitaron
Otras comarcas ausentes de follaje.
Fue curiosidad: Rousseau no pensó
En la avispa negra que anida sólo en tierra
Cuando labró la cara del salvaje conveniente, bondadoso;
Curiosidad de ver dónde desova su estirpe
Y cómo amasa el barro de sus habitaciones el gran animal blanco
Que le teme y espanta desde el origen del tiempo.
Armado activista de otra casa,
Antigua, abandonada,
Donde fuimos el intruso,
Curioso, como una avispa negra.