UN vómito de sangre
Mató a mi abuela;
Estaba en la cocina, cardando
Lana, y cayó como un pájaro.
Mi abuelo navegaba y cuando un día
Arribó
Se colgó de una viga.
Murió loco de pena, se comentaba.
Dicen los que lo vieron
Aquellas tardes
Que orinaba en las manos y se reía,
Y se arrancaba el pelo y se reía,
Y comía las hojas de la higuera.
Y que compró jilgueros y malvises
Y gallinas y gallos
Y que tapió las puertas y ventanas
Y se encerró… y nada,
Se colgó de la viga.
Mi abuela era muy joven;
Dejó a mi madre
Con cuatro años cumplidos
Y a su hermano de seis,
Aurelio, como yo,
A quien, hacia los treinta,
Le reventó la aorta. No sufrió
Apenas.
A mi madre la sangre
Le dio siempre también bastante
Guerra.
Que nada…, como
Suele decirse, en esta
Puta vida
Una pena se cura con otra
Pena
Y una herida se cierra
Con otra herida.