Tirsis, la naue del cuytado Iolas,
Hecha tablas, la buelca mar furioso;
Cuerpo muerto y espíritu penoso
Le train fiera Leucipe y fieras olas.
Dió mil vozes al cielo y escondiólas
Crudo cielo en el manto tenebroso
De la callada noche; y el rauioso
Bóreas le apresuró la muerte a solas.
Salieron a la playa deseada
Lícidas y Damón, del mar echados;
Oyéronle, mas no le socorrieron.
¡Ay, teme, Tirsis, la tormenta airada,
Que en el lugar donde otros perecieron,
Mal te pueden valer tus crudos hados!