Ay, no te alejes

Ay, no te alejes, Fili, ay, Fili, espera
El tu Damó[n], que más q[ue] a su ganado
Te reuerencia y ama; y si el osado
Curso prosigues, tiempla la carrera.

Ya no te sigo; Fili, la ligera
Planta refrena, que el temor elado
De tu mal me detiene y tú el amado
Damón huyes cruel, qual cruda fiera.

Detén, Filis cruel, detén el passo;
No te ofenda la planta riguroso
Cardo cruel de tierra no labrada.

Diziendo aquesto triste y doloroso,
Esquiuando la vida desdichada,
Cayó Damón al Sol del campo raso.


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Poema Ay, no te alejes - Francisco de la Torre