Amor, eres radiante como el día
y como el agua transparente y puro;
vienes de la más clara lejanía
como un panal de sol, rico y maduro.
Por ti el silencio cambia en armonía
su angustia singular, su anillo oscuro,
y anuncian resplandores del futuro
el vuelo de una azul pajarería.
Y yo, que siento ante la luz la viva
atracción que domina y que cautiva
al mirasol girante y empinado;
busco tu claridad de maravilla
y en lo solar, como una flor sencilla,
define el corazón forma y estado.
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