Huele a sangre mezclada con espliego,
Venida entre un olor de resplandores.
A sangre huelen las quemadas flores
Y a súbito ciprés de sangre el fuego.
Del aire baja un repentino riego
De astro y sangre resueltos en olores,
Y un tornado de aromas y colores
Al mundo deja por la sangre ciego.
Fría y enferma y sin dormir y aullando,
Desatada la fiebre va saltando,
Como un temblor, por las terrazas solas.
Coagulada la luna en la cornisa,
Mira la adolescente sin camisa
Poblársele las ingles de amapolas.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Sonetos corporales (x) Luna mía de ayer, hoy de mi olvido, Ven esta noche a mí, baja a la tierra, Y en vez de ser hoy luna de […]...
- Sonetos corporales (i) Lloraba recio, golpeando, oscuro, las humanas paredes sin salida. Para marcarlo de una sacudida, Lo esperaba la luz fuera del muro. Grito en la entraña […]...
- Sonetos corporales (viii) Vuela la noche antigua de erecciones, Muertas, como las manos, a la aurora. Un clavel prolongado desmejora, Hasta empalidecerlos, los limones. Contra lo oscuro cimbran […]...
- Sonetos corporales (vii) Nace en las ingles un calor callado como un rumor de espuma silencioso. Su dura mimbre el tulipán precioso Dobla sin agua, vivo y agotado. […]...
- Sonetos corporales (vi) Cúbreme, amor, el cielo de la boca con esa arrebatada espuma extrema, que es jazmín del que sabe y del que quema, brotado en punta […]...
- Sonetos corporales (ix) (Guerra a la guerra por la guerra.) Vente. Vuelve la espalda. El mar. Abre la boca. Contra una mina una sirena choca Y un arcángel […]...
- Sonetos corporales (ii) Asombro de la estrella ante el destello de su cardada lumbre en alborozo. Sueña el melocotón en que su bozo Al aire pueda amanecer cabello. […]...
- Sonetos corporales (v) Por allí, hondo, una humedad ardiente; blando, un calor oscuro el que allí hervía; sofocado anhelar el que se hundía, doblándose y muriendo largamente. Labios […]...
- Sonetos corporales (iv) Un papel desvelado en su blancura. La hoja blanca de un álamo intachable. El revés de un jazmín insobornable. Una azucena virgen de escritura. El […]...
- Azrael Azrael, abre tu ala negra y honda, Cobíjeme su palio sin medida, Y que a su abrigo bienhechor se esconda La incurable tristeza de mi […]...
- Sonetos nocturnos i Tiempo soy entre dos eternidades. Antes de mí la eternidad y luego De mí, la eternidad. E1 fuego; Sombra sola entre inmensas claridades. Fuego del […]...
- Los sonetos del mar i ¿Qué viento viene cabalgando en onda Coronada de luz, y en mis oídos Deja vastos mensajes encendidos De tantas islas de celaje y fronda? Me […]...
- Mamá persigue Mamá persigue, es el juego. Al final del corredor la pared nos detiene. Se adelanta el instante desde lo asegurado: llega el abrazo, mimoso. La […]...
- El loro de lady macbeth Comer, Olvidar, Matar. Imágenes: desiertos y habitaciones. Cachorro de hocicos enrojecidos. Sangre hasta las orejas. Festín de la naturaleza, Malestar en el pecho. No tristeza: […]...
- Los sonetos del mar iii Mar de Dios, mar velado y protegido Por la gracia de amor en la belleza… Uno mi pequeñez a su grandeza Y hallo en su […]...
- Fatal Como la tarde en que lo recordaba, Buscándolo, y no estaba abierto el cielo. Ya insensato, tal vez ya definitivo. Como el libro robado, el […]...
- Cancionero de príncipe de vergara 1 Dormir. ¡Todos duermen solos, Madre! Penas trae el día, Pero ¡ay! ninguna, Ninguna como la mía. 2 No tengo cielo prestado Ni ojos que […]...
- Sonetos del arcángel (v) Nada puede igualarte… ni la estrella que es ojo y brasa, joya y flor deseada; ni la flor – ala tímida – clavada al barro […]...
- Sonetos Del libro de “DON QUIJOTE DE LA MANCHA” El Monicongo, académico de la Argamasilla, a la sepultura de don Quijote Epitafio El calvatrueno que adornó […]...
- La bacanal (sonetos del vii al xiii) 7 Cien brutos de otro carro van tirando: Es un lagar de áureos racimos lleno, Que están, al son de un canto de Sileno, Enardecidos […]...
- Mi amante lleva grabado Mi amante lleva grabado, en el empeine del pie, el nombre de su adorado. -Descálzate, amante mía, deja tus piernas al viento y echa a […]...
- Se deja de querer Se deja de querer, y no se sabe por qué se deja de querer: Es como abrir la mano y encontrarla vacía, y no saber, […]...
- Muerte Eres sueño de un dios; cuando despierte ¿al seno tornarás de que surgiste? Serás al cabo lo que un día fuiste? ¿Parto de desnacer será […]...
- Sangre que camina el mundo Pero la sangre es roja Dulce Vengativa Caliente Escandalosa Y feroz. No transparente. CES Animales de sangre caliente Habitando las arterias del mundo Buscando luz […]...
- El llanto en llamas El fuego es el mismo en todas partes. Crepita el corazón, se encienden las vidrieras Y una flor de odio se abre paso entre los […]...
- Desprecio La negra noche con su sombra fría Amparaba el honor de las estrellas, Cuando aquel sol que engendra mis querellas Con rayos de su luz […]...
- A la noche Noche, fabricadora de embelecos, loca, imaginativa, quimerista, que muestras al que en ti su bien conquista los montes llanos y los mares secos; habitadora de […]...
- Madrigal dramático de ardiente-y-fría Ardiente-y-fría – clavel herido del mediodía-, desnuda, en la sastrería. El niño, aprendiz de sastre, ¡cómo la deshojaría! Ardiente-y-fría un corpiño de ondas calientes y […]...
- Los sonetos del mar v ¡Cómo se mueve el mar, cómo fulgura; Cómo verdes y azules eslabona; Cómo establece, en la caribe zona, Su bella y resonante dictadura! ¡Cómo, en […]...
- Pobre desdémona ¡Oh, si las flores duermen, que dulcísimo sueño! Bécquer (naturalmente) La espalda de esta luz son esos sueños tuyos, amada, que duelen al soñarse y […]...