Pastor a cuya gloria me levanto,
Zagala, honor de aquestas selvas bellas,
En lágrimas bañáis las nobles huellas:
¿que un cordero perdido lloráis tanto?
Lloras, María, y tu precioso llanto
Suben para su lumbre las estrellas;
Y lloras tú, Joseph, cuyas querellas
Son de los aires ornamento santo.
Más de una voz el aire desordena
Del uno y otro pecho atribulado,
Que a Jesús llama entre mortal gemido.
Mas de aqueste dolor nace otra pena,
Viendo que, cuando más hayáis llorado,
No igualará el dolor al bien perdido.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Soneto a la virgen nuestra señora, caminando a egipto Mira desde una laja de la roca El águila ondear el fuego claro; Y el nido con piadoso desamparo Deja, sus hijos salva, el cielo […]...
- Romance de nuestra señora La serrana más hermosa, la de los ojos serenos, que al Rey prendió el coraçón con uno de sus cabellos; la que con una palabra […]...
- A nuestra señora del carmen I Su frente, coronada de encinas, el Carmelo levanta poderoso, con noble majestad, rompiendo de los aires el trasparente velo, buscando las regiones de ardiente […]...
- La calle del niÑo perdido Al rayar de una mañana Serena, apacible y pura, Cuando el alba su hermosura Envuelve en manto de grana, Cuando entre vivos fulgores Y entre […]...
- A nuestra señora de archidona Farol de esta comarca, Luz de Archidona, Virgen madre de Gracia Virgen toda graciosa, Tu nido en alto tienes, Blanca paloma, Tan alto, que parece […]...
- Soneto a la ascensión del señor Jesús, mi amor, que en una nube de oro, Engendrada del llanto de tu ausencia, Al Cielo te trasladas en presencia Del, si alegre, dichoso, […]...
- Soneto a la mirada rigurosa de su señora Levantaba, gigante en pensamiento, Soberbios montes de inmortal memoria Para escalar el cielo, en cuya gloria Procuraba descanso mi tormento, Cuando bajaron rayos por el […]...
- Al vulgo de antequera sobre nuestra señora de monteagudo Vulgo de mil cabezas, Justamente te espantas De ver en Antequera La dama de la Infanta. Cudicioso preguntas, Malicioso reparas, Inconstante en las obras, Novel […]...
- A nuestra señora de castellanos en el solemne acto de su traslación a la iglesia de chamberi Estrella celestial, cándida y pura, Bella, dulce María, Que del querub acoges en la altura La grata melodía; Dame que el alma por la Fe […]...
- Si has perdido tu nombre… (poesía vertical iv – 8) Si has perdido tu nombre, recobraremos la puntada de las calles más solas para llamarte sin nombrarte. Si has perdido tu casa, despistaremos a los […]...
- A nuestra señora de guadalupe Eres la más hermosa de todas las mujeres; Pura, santa, divina, toda llena de rosas. Perfumas días, tardes, noches y amaneceres Y en paz guardas […]...
- De la purificación de nuestra señora De la purificación de Nuestra Señora La vidrïera mejor en sus brazos de cristal entra al Sol hoy celestial en la capilla mayor; a cuyo […]...
- A nuestra señora de atocha, por la salud del rey don felipe iii En vez, Señora, del cristal luciente, Licores nabateos espirante, Los faroles, ya luces de Levante, Las banderas, ya sombras de Occidente. Las fuerzas litorales, que […]...
- En la restauración del templo de nuestra señora de la soledad, en la villa de santa maría – I – En la florida Mallorca Existe una antigua villa, Risueña como sus campos, Su nombre es Santa María. En ella un templo se […]...
- Yo del todo he ya perdido Yo del todo he ya perdido Saber, sesso e discrepçión: Fuerça, sentido, raçón Ya buscan otro partido. Plaçer, de quien favorido Era en aquella saçón […]...
- Amante que desmiente la pretensión que se juzga por su llanto Lloro, Filis, mas es sin apariencia, que sé dolerme, mas quejarme ignoro. Lloro hacia el corazón: sepa que lloro el dolor, pero no la diligencia. […]...
- Mariagua mediagua Y dijo Jesús: -De los desposeídos será el Reino De los Cielos. Y yo dije a Jesús: -Así sea. Y jesús rió. Y yo reí […]...
- Permanencia del llanto I Hoy hace siete años que también llovía Y mi padre estaba en un húmedo hospital Donde no podía aromar los pinos suavemente mecidos por […]...
- En la fiesta de la huida a egipto del niño jesús con su santa madre Tan cobarde valentía no la creyera de Vos, y que un hombre, y hombre y Dios, huir de un hombre podía. Quien este rigor sabía, […]...
- Soneto de silvano a su pastora silvia Cuando la alegre y dulce primavera a partir sus riquezas comenzaba, y de los verdes campos desterraba aquella estéril sequedad primera, un pastor triste y […]...
- Aleluya “Mujer, ¿porqué lloras, a quien buscas?” “Maria” (Jesús) Juan 1. “¿Mujer, porqué lloras?” la piedra que tapaba el amor muerto, el sudario de dolores del […]...
- El piloto perdido ¡Torrero, que voy perdido y está apagado tu faro! Noroeste. Nada claro por el cielo, ¡y te has dormido! ¡Que se ha dormido el torrero […]...
- Señora, cual soy venido Señora, cual soy venido, Tal me parto; De cuydados más que farto E dolorido. 1 ¿Quién no se farta de males E de vida desplaciente, […]...
- Soneto de pedro de cáceres de espinosa Sacad a luz de la tiniebla oscura del Orco, a vuestra Angélica elegante, cual su Eurídice tierno tracio amante, aunque con más consejo y más […]...
- He perdido mi carné Yo no me sé reunir con sabios Cambio de acera cuando los encuentro Y no les devuelvo el saludo He perdido mi carné Para ingresar […]...
- Elegías y soneto a silvia Elegía y soneto a Silvia ¿Por que a verte volví, Silvia querida? (Elegía I) ¿Por qué a verte volví, Silvia querida? ¡Ay triste! ¿para qué? […]...
- El mensaje perdido Se lo ha llevado el viento, esa mano de olvido, el pequeño mensaje que quedara en la puerta; se fue sobrevolando, como ebrio o perdido, […]...
- A don josé antolín rodulfo Si ofreciera al mortal naturaleza su vasto plan, abismo de belleza, trazado con perfecta simetría, de modo que al romper la luz del día, sólo […]...
- Trebole Trébole, ¡ay Jesús, cómo gúele! Trébole, ¡ay Jesús, qué olor! Trébole de la casada Que a su esposo quiere bien; De la doncella también Entre […]...
- El niño dormido No levantes la voz: el niño está dormido. Contén el paso, espera, aguarda en cauto acecho; que no se mueva el aire, ni se oiga […]...