Te encontré en la mitad de mi camino
Cuando ya desmayaban mis pesquisas,
Cuando oficiaba en mis paganas misas
Con ablandadas hostias y agrio vino.
¿Me aguardabas? No sé… Quizás el Destino
Guió a tí mis pisadas indecisas,
Y abandonando mis Sacerdotisas,
Te consagré mi altar de peregrino.
¿Quién eres? ¿Qué esperabas en mi senda?
¿Por qué humear haces mi incensario de oro
Y cual dueña penetras en mi tienda?
No sé… Te amo… Lo demás lo ignoro
Y, pues mi corazón te dí en ofrenda,
Los ojos cierro y a tus plantas oro!
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Soneto at home ¡Hijos queridos! En la paz bendita del heredado hogar hallad defensa contra el violento entorno que nos tensa contra el combate cruel que nos agita. […]...
- I (soneto) Risueña como el cielo y, como el cielo, Dueña del sol, las nubes y la brisa; Delgada como el ala que, remisa, Traza la espira […]...
- Ii (soneto) Fue mucho el daño que tu amor me hizo; Mis ojos agotaron la tibieza De este lloro colmado de tristeza, De este lloro sin pausa […]...
- Soneto De la Virgen sin par, santa y bendita (digo, de sus loores), justamente haces el rico, sin igual presente a la sin par cristiana Margarita. […]...
- Soneto del amor Que se de ti sino lo que dijiste Aquella tarde simple y paralela En que el amor que hicimos desprolijos Dio a luz la senda […]...
- Soneto de gregorio lópez de benavente La fama que mil ojos trae contino, y el tiempo cuyo vuelo no reposa, perdieron curso, y vista, y pluma honrosa, en una enfermedad que […]...
- Letrilla xi La corderilla La blanca cordera Que mi pastorcilla Me dio por regalo Al cumplir su día, Miradla cual viene Sonando la esquila, Triscando en la […]...
- Soneto (de guillermo de almeida) “Esa mujer que yo he de amar un día Será tan clara, tan gentil y bella, Que pensaré que descendió una estrella Para llenar de […]...
- Soneto de bartolomé leonardo y argensola al muy reverendo p. fray bartolomé ponce ¿Cómo podrá premiar el bajo suelo, Subjeto al corto término de vida, Obra tan encumbrada y tan subida Que a su fin principal no abarca […]...
- No digan sus patas lo que no canté No digan sus patas lo que no canté. Que las patas de los caballos no hablen por mí. No soy el amante de la velocidad […]...
- Soneto i Como quien boga contra la corriente, Aun comprendiendo que su afán es vano, Y el remo se le cae de la mano Y se siente […]...
- Soneto del ocio El ocio es un derecho elemental. Estar es ser, y Dios, que lo sabía, estuvo y fue en el más distante día haciendo de la […]...
- Soneto ii Mi corazón se siente satisfecho De haberte amado y nunca poseído: Así tu amor se salva del olvido Igual que mi ternura del despecho. Jamás […]...
- El soneto del rigor Tal vez haya un rigor para encontrarte El corazón de rosa rigurosa Ya que hablando en rigor no es poca cosa Que tu rigor de […]...
- Al soneto con mi alma Como en el ala el infinito vuelo, como en la flor está la esencia errante, lo mismo que en la llama el caminante fulgor, y […]...
- Soneto para un reproche Yo no sé si tú esperas todavía, El gran amor con que soñaste en vano, Que era un pozo en la tarde de verano, Y […]...
- Soneto xviii Si a vuestra voluntad yo soy de cera, y por sol tengo sólo vuestra vista, la cual a quien no inflama o no conquista con […]...
- Soneto a la ascensión del señor Jesús, mi amor, que en una nube de oro, Engendrada del llanto de tu ausencia, Al Cielo te trasladas en presencia Del, si alegre, dichoso, […]...
- En el siniestro brazo recostada (soneto) En el siniestro brazo recostada de su amado pastor, Silvia dormía, y con la diestra mano la tenía con un estrecho abrazo a sí allegada. […]...
- Soneto de joan de sosa, a los lectores Albricias los que tanto deseastes ver la que viva tantos desearon, pues si en aquello tanto trabajaron en esto lo posible trabajastes. Y aun pienso […]...
- La bailaora ¡Ardores, aromas y ritmos mantienes en plural encanto y en prestigio vario, y ardes y perfumas, en lentos vaivenes, como un incensario!...
- Soneto de pedro de cáceres de espinosa Sacad a luz de la tiniebla oscura del Orco, a vuestra Angélica elegante, cual su Eurídice tierno tracio amante, aunque con más consejo y más […]...
- Soneto a mi esposa Cuando en mis venas férvidas ardía La fiera juventud, en mis Canciones El tormentoso afán de las pasiones Con dolorosas lágrimas vertía. Hoy a ti […]...
- Dualidad No puedo imaginarte doblando mis pañuelos Ni lavando camisas, ni retocando ojales; No te hago preparando el desayuno, Y, sin embargo, lo haces. Yo no […]...
- Viaje a Ítaca Los caminos son Como cuerpos. Poro, Tierra, labio, lodo. Nunca se acaban. No Si pervive la voz Que mancha el silencio. No si son nuestros. […]...
- Cartas escritas cuando crece la noche (i) El tiempo regresó – en un instante- a la casa donde mi juventud quiso comerse el cielo. Lo demás bien lo sabes… Otros llegaron con […]...
- Soneto inconcluso Hay tanta pulcritud en tu mirada. Tan casta es la ternura de tu acento. Tanto agradeces mi agradecimiento. Tan grato es despertar con tu alborada… […]...
- Soneto con sed Leyendo un día un libro, de repente, Hallé un ejemplo de melancolía, Un hombre que callaba y sonreía, Muriéndose de sed junto a una fuente. […]...
- Rimas sacras, soneto i Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por donde he venido, me espanto de que un hombre tan perdido a […]...
- Soneto a la vida Cuando la noche inquieta me cante su quimera, Y no arda en mí la llama de alguna vieja herida, Me acostaré en el filo de […]...