Sólo el afán de un náufrago podría.
José Martí
Sólo el afán de un náufrago podría
remontar este infierno que aborrezco.
Crece mi furia y ante mi furia crezco
y sólo junto al mar espero el día.
Llegará y yo estaré sobre la arena,
blanco esqueleto que no dice adiós.
Decir adiós es acortar la pena,
y yo me quedo porque yo soy dos.
Andaré en otro tiempo envilecido
pensando en el náufrago que fui.
¿Ansias de regresar? Sí, las tendré
junto a la dicha de ya haber partido.
Todo espanto fluirá siempre hacia mí,
menos aquél, que no admitiré.
(La Habana, 1979)