Feliz este vecino que a su hora
En punto, como un clavo, está en el tajo.
La cajera con cola que demora
Y atiende y nos sonríe con desparpajo.
Feliz el autobús, la línea 6,
La que pica el billete, casi anónima,
Gente feliz que ni siquiera veis
Y de por vida ataron a una nómina.
Los maltratan y pisan como a uva
Y han vertido su sangre en una cuba.
Ellos serán el vino indispensable.
Bendito el sol que acude puntual
Y hasta el lunes más lunes, laborable,
Le da su vino rojo a cada cual.